María Cristina Zapata Oyarzo es Profesora de Enseñanza Básica, con más de 30 años de experiencia en las aulas, asume la dirección de este establecimiento en el 2017 cuando tenía un nivel de “insuficiente” y estaba intervenido por la Agencia de Calidad de la Educación y el Mineduc. Trabajó “codo a codo” con los supervisores de la agencia logrando este año ganar, por segundo año consecutivo, la “Excelencia Académica”, en reconocimiento al esfuerzo, la dedicación y el compromiso de la comunidad educativa en su búsqueda constante por mejorar los procesos de aprendizaje.
Un poco de historia
Este establecimiento tiene 42 años de experiencia en el área de educación, en la comuna de Peñalolén. “En sus inicios era mucho más grande que en el presente, con más de 2 mil alumnos, de hecho, tuvo dos sedes en el sector pero poco a poco con los desordenes de la sociedad y la intervención de la política, la matrícula fue mermando y las especialidades también fueron disminuyendo, ahora sólo tenemos Gastronomía y un liceo”, aseguró su directora.
“Nos dimos cuenta que perdíamos alumnos en octavo y segundo medio, debido a que se iban a otras especialidades o se cambiaban a científico humanista. Eso nos llevó a crear el Científico Humanista en el año 2018, para contribuir en la preparación y formación académica de futuros estudiantes universitarios”, sostuvo.
En la actualidad, el colegio Américo Vespucio imparte cursos desde el prekínder hasta cuarto medio en científico humanista y la enseñanza técnico profesional se imparte en 3° y 4° medio. “En este momento tenemos 570 estudiantes en todos los niveles, con capacidad para que lleguen muchos niños más, puesto que, hacemos un trabajo paulatino y sostenido en el tiempo donde vemos los avances”, afirmó.
Por lo mismo, destaca el compromiso real y la dedicación del personal educativo y administrativo. “Desde sus inicios el colegio ha demostrado un constante apoyo a los alumnos con mayores necesidades sociales, logrando ser una alternativa académica para los estudiantes, con altos estándares de calidad y de inserción en el mercado laboral”.
¿Cómo ejecuta el proyecto educativo institucional tanto interna como externamente?
El proyecto educativo lo sociabilizamos primero con los profesores y luego con los asistentes de educación: se hacen jornadas académicas con estudiantes; a los apoderados se les da un extracto de este plan, principalmente, con la misión y la visión en la matrícula; y en el mes de diciembre, junto con otros protocolos, también se trabaja con alumnos y funcionarios por si hubiese que hacer algún cambio. Estamos todos empapados con el proyecto educativo.
¿Cómo promueve un ideal educativo en una cultura institucional que integre a miembros de la comunidad y se vincule con una misión y visión común?
Nuestra misión es formar niños integrales. Nosotros hacemos dos reuniones semanales, una académica y otra a nivel general, donde hablamos de la importancia de la educación y analizamos cómo atraer a más estudiantes. Después de la pandemia, tuvimos una fuga importante de alumnos, casos de jóvenes que no querían venir a clases por miedo y un aumento de alumnos TEA que son una preocupación constante para la comunidad, donde nos hemos tenido que adecuar porque ahora es ley. Por otro lado, hemos dado harto énfasis a la parte de expresión oral, mediante talleres, pues como no saben expresarse, les entregamos pautas generales que deben seguir para comunicarse con efectividad, y los logros de aprendizajes vamos viendo en qué estamos mal para luego ir mejorándolos.
¿Ha desarrollado un sistema de gestión de la información y evaluación que sea pertinente y eficiente?
Yo creo que sí, porque la comunicación en esta dirección es efectiva. La puerta de mi oficina siempre está abierta a los estudiantes ante cualquier duda o problema que tengan. En la mañana recibo a los alumnos afuera y después me doy una vuelta por el establecimiento para ver cómo están las salas, el orden, cómo está funcionando todo o si faltó algún profesor. Creo que la modernización igual trae problemas, antes se tenía el libro de registro donde se sabían las ausencias, ahora con el reloj control hay un vacío.
Por otro lado, me toca ver a diario casos de drogas y violencia, ahora cuando algún niño quiere desertar, los traigo a la dirección y les explico lo importante que es terminar cuarto medio, porque sin el colegio ni si quiera pueden postular para trabajar en el camión de la basura o barrer una plaza. Cuesta obtener buenos resultados con estas problemáticas, a raíz de ello, trabajamos con un equipo compuesto por tres personas: encargado de convivencia escolar, encargada de UTP y quien les habla; y en el grupo de Gestión están los coordinadores del PIE, de Gastronomía, Científico Humanista y de párvulos donde nos reunimos una vez al mes para tomar decisiones.
¿Ha impulsado ambientes favorables de aprendizajes desde la sana convivencia en la educación inclusiva?
Sí, a través del PIE y de las clases de reforzamientos que tenemos para los alumnos que están disminuidos en Matemáticas y Lenguaje, destacando el compromiso y la dedicación del personal educativo y administrativo en la convivencia.
¿El establecimiento fomenta y participa en la formación continua del profesorado, investiga o vincula estrategias y recursos innovadores para miembros de la comunidad?
Con respecto al profesorado, el año pasado entramos a la evaluación docente, donde varios lograron un nivel avanzado y otros una muy buena evaluación. Además hacemos perfeccionamiento interno en forma continua, analizamos los datos de cómo nos va en todo ámbito porque sin disciplina no hay aprendizaje. Asimismo, para trabajar esta disciplina tenemos dos psicólogas que nos van ayudando, nos aplican test sociométricos para ver cómo está el curso vinculado y en base a eso nosotros ponemos la remedial. A la vez, el equipo también se va perfeccionando mediante la Asignación de Desempeño Colectivo, llevamos varios años trabajando con Adeco para tener una mejora continua y eso lo entrega el Ministerio de Educación.
¿Cuál es el valor agregado del establecimiento?
Este es un colegio tranquilo, pequeño y familiar, un establecimiento donde el apoderado tiene las puertas abiertas para conversar con la directora. Fomentamos una cultura de trabajo en equipo, colaboración y profesionalismo que motiva a cada miembro de nuestro equipo a esforzarse por el perfeccionamiento en todo lo que hacen.
¿Qué mensaje daría a los futuros apoderados?
Llamo a que vengan al Centro Educacional Américo Vespucio a estudiar. Es un colegio que ha ido avanzando académicamente año a año tanto en el técnico profesional como en el científico humanista, tenemos excelentes profesionales comprometidos y un ambiente tranquilo para trabajar, asimismo, logrando que el estudiante se identifique con nuestro establecimiento.