Abraham Magendzo, Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2017.
En un distendido diálogo con Pedagogias.cl, el académico hizo un descarnado diagnóstico del actual momento de la educación en Chile y abordó aspectos que considera de suma relevancia para alcanzar objetivos que nadie puede poner en cuestión. En su análisis, plantea desafíos para el profesorado chileno.
“La educación es un proceso y un derecho. Un proceso significa que las cosas que se proponen no se hacen de la noche a la mañana. Que toma tiempo el cambio en la educación y de eso se ha investigado y se ha escrito mucho. Producir cambios en la educación toma mucho tiempo. Y pasa que alguna gente se impacienta, especialmente los políticos que siempre quieren datos rápidos para apoyar sus política”. “Las propuestas, especialmente las curriculares, sufren algunas modificaciones, algunos cambios, según los signos políticos distintos. Lo que quiero decir es que la educación y los currículos no son procesos neutros, están ideológicamente cargados”.
“Hoy, afortunadamente, hay una ley de formación ciudadana que va desde pre básica, básica, hasta el segundo año de enseñanza media que obliga a los colegios a tener un programa de formación ciudadana, un contenido, un hacer educativo transversal. Ahora se está elaborando una asignatura para terceros y cuartos medios que se va a llamar educación ciudadana. Y va más allá de lo que conocemos como educación cívica, en lo que aprendimos algo que no estaba mal, pero era un tanto limitado a los poderes del Estado, la constitución, partidos políticos, periodos presidenciales, etc. Pero, hoy día, el tema de género, el aborto, son temas ciudadanos”.
Educación en Derechos Humanos “Existen tratados, convenciones internacionales que Chile ha firmado, que no solo se limitan a los derechos políticos y cívicos) y si usted se asoma a la calle se da cuenta de que esos derechos están siendo violados permanentemente. Como es posible que la gente viva en casuchas… ¿Cómo? La vivienda es un derecho, la cultura es un derecho; los derechos sociales lo son. No podemos quedar amarrados exclusivamente a los derechos políticos y cívicos que fueron violados preferentemente -y no exclusivamente— durante la dictadura”.
“Pero el día de hoy los derechos de las personas no son respetados. Expresamente, los derechos económicos, sociales y culturales no son respetados y nuestros profesores no están formados en esa línea. Y allí hay una carencia tremenda. ¿Cómo vamos a desarrollar ciudadanos que se hagan cargo de todos los derechos, no solo los políticos y cívicos, si en las instituciones formadoras ni se habla de esto?”
“Pero yo pregunto: ¿cuántos cursos de educación cívica, de educación en derechos humanos existen versus cuánto hay en matemáticas, ciencias, tecnología? Todo eso es esencial, pero ¿qué pasa con la formación ciudadana? Entonces tenemos una carencia en nuestros planteamientos educacionales. Una concepción muy limitada de lo que es la educación, eso es en resumen.
“Lo que falta es la formación ciudadana y redefinir qué es lo que estamos entendiendo por la calidad de la educación. Y, además, que las universidades y las instituciones formadoras de maestros hagan su pega. Que formen profesores que entiendan el contexto y la historia de nuestro país. Y no estoy hablando solo del profesor de historia, estoy hablando del profesor de tecnología, el profesor de ciencias…”
Los problemas curriculares “El tema curricular, es central, eso es algo indiscutible. Allí es donde se señala el tipo de sociedad que queremos que los estudiantes vivan; qué concepción de mundo, etc. Ciertamente, esta pieza es clave, porque desde el currículo se deduce la pedagogía. Un currículo mucho más perspicaz invita a una pedagogía más activa, mucho más didáctica, mucho más crítica. Y eso nos demuestra
que los currículos actuales no invitan a todo eso. Recién ahora se está trabajando en la elaboración de un currículo para terceros y cuartos medios muy innovador, pero falta que sea aprobado”.
“Hay una tensión de cómo se construye un currículo. No olvidemos que hay un currículo nacional y puede haber también locales. El asunto es cómo dialogan estos dos tipos de currículo. Eso es un problema, es una tensión. El gran problema es que los profesores no han sido preparados para construir currículo. Están preparados para transmitirlos, para experimentarlo. Pero no para hacer currículos locales. La prueba es que durante la época de la Concertación había un mandato de la L.O.C.E en que el Ministerio de Educación tenía que elaborar un marco curricular y, a partir de eso, las escuelas tenían que hacer sus propios currículos, es decir, hacer planes y programas. El 5 % lo hizo, y es porque no estaban preparados”.
Calidad educativa para sujetos de derecho “Uno de los temas que ha preocupado a todos los gobiernos es el relacionado con la calidad de la educación. Pero aquí entramos a un campo muy complejo, porque lo primero que deberíamos preguntarnos es qué es lo que estamos entendiendo por calidad y cómo se mide la calidad. Se ha hecho mucho énfasis en que, y las pruebas internacionales así lo muestran, en que la preocupación central de todos los gobiernos es como asegurar equidad junto con calidad. Pero el tema es qué es lo que se están entendiendo por calidad”.
“Ahora bien, que queremos una educación de calidad, nadie podría dudar de eso. Con anterioridad a la creación de la Agencia de Calidad de la Educación, casi con exclusividad la calidad estaba ligada a las pruebas nacionales y a las pruebas internacionales y, a nivel internacional (PISA TIMSS), entre otras. Pero la observación referida a cómo se mide la calidad con estas pruebas tiene, diría yo, muchas reservas, muchos peros. Las pruebas estas (nacionales e internacionales) están concentradas en las asignaturas como matemáticas, lenguaje, algo de historia, la ciencia, pero dejan a un lado una cantidad de, no solo asignaturas, sino también la formación de ciudadanos”.
“Es cierto que estas pruebas, especialmente para los grupos vulnerables de nuestro país, muestran poco avance. Pero inclusive en los grupos sociales de mayor nivel, si se compara los resultados de países que pertenecen a la OCDE, los mejores resultados nuestros son los peores de estos otros países. Quiere decir que tampoco en esos grupos altos de la educación, por así decir, nuestros resultados son positivos. La pregunta a resolver es que calidad de la educación no es solo responder estas pruebas que miden conocimientos duros, sino también este conocimiento en formación ciudadana que es vital para que un país se desarrolle” “No solamente si supiéramos mucha matemática, ojalá que así sea, que todos supieran mucho lenguaje, mucha ciencia, obviamente nadie está descartando eso. Pero ¿dónde está el núcleo?,
¿dónde está el centro? Pues bien, el foco tenemos que ponerlo en el desarrollo de la persona como un sujeto de derechos. Empezar desde edades muy tempranas a formar ciudadanos que no acepten la impunidad, que defiendan los derechos humanos propios y de los otros, que sepan que el otro es un legítimo otro, que no haya discriminación, intolerancia, cosas tan características de nosotros. Entonces, allí hay una tarea muy larga y compleja”.